Fin Rotating Header Image

Vapor

Por Marisa Chanampa *

 

 

Ella ha encontrado el sobre.

Un sobre rosa, dirigido a su esposo. El nombre aparece delineado en rulos rimbombantes: un filete no muy bien trazado.

Ella sonríe, un poco: es un sobre que alguien elegiría para enviar una invitación… a una fiesta, por ejemplo.

Y está a punto de obviarlo. Pero no: esos sobres, los de invitaciones para cumpleaños o casamientos, se entregan abiertos.

Entonces lo huele: alguien lo ha perfumado con una loción empalagosa.

El aroma concentrado y los rulos de las letras le hacen pensar en una mujer de pestañas cuidadosamente arqueadas por el rímel.

vapor, ELLA RECIBE UN SOBRE

El sobre tiene peso. Debe de contener una carta de muchos pliegos: si está escrita con la misma letra del anverso del sobre, esa letra de enormes tirabuzones, debe de haberle llevado al autor ―a la autora, mejor dicho― muchas páginas. Con muchas palabras. ¿Qué palabras? ¿Palabras edulcoradas como ese perfume? ¿Palabras adornadas como la curva de su maldita caligrafía?

Ella todavía sostiene el sobre. Ella está temblando.

Es una broma. Seguramente es una broma.

Pero necesita saber.

Confirmar.

 

vapor imagenes

Anochece.

Ella ha pasado todo el día masticando veneno.

Sus manos despegan el sobre usando el vapor de la pava, que hierve a todo trapo.

Él llegará muy pronto, y ella tiene que saber. Por eso el apuro. Ha pensado tantas cosas, que la angustia la está estrangulando.

Y se quema los dedos, pero sigue. Poco a poco, logra separar una punta del sobre. Y ella imagina a la otra mujer sellando el sobre con su saliva, abriendo sus fauces para devorarse todo.

Todo lo que ella tiene: ese amor, esa casa, esa historia. El compromiso, frente al altar, de querer a Ricardo para siempre. El compromiso de que él la ame a pesar de cualquier cosa.

¿Duelen los dedos? No. Y ese algo que la quema por dentro no es vapor.

El sobre cede. Es como abrir una ventana en un incendio. Brotan palabras y fotos, brotan llamaradas.

Es demasiado.

Ella quiere irse. Se deja ir, cae en los mosaicos.

La pava desborda. El agua apaga la llama.

Y, en el desvanecimiento, ella deja de sentir el olor dulzón que la mortifica.

Y aparece otro olor.

Un olor que es un aviso, una advertencia. Avisa que algo se ha apagado. Avisa que la fatalidad llega, sin invitación.

 

 

NOTA: Este cuento fue íntegramente trabajado por Marcelo di Marco y la autora. Click acá: Cómo corregir un cuento completo/ TCyC #121

 

foto*  Marisa Chanampa nació el 21 de septiembre de 1967 en el partido de San Martín, provincia de Buenos Aires. Es docente y guionista.

Participó como invitada en las antologías Los Poetas del Encuentro (2001) y Miradas Nocturnas. 9 Obras Breves (Ediciones Del Pilar, 2002), con la obra teatral Y me voy, estrenada bajo la dirección de Rubén Pires en la sala Argentores.

En 2007 realizó el seminario de dramaturgia dictado por Ricardo Halac.

Estudió guión de cine con Aida Bortnik y Juan José Campanella en 2013.

En 2014, cursó Introducción al cine documental (a cargo del profesor Juan Carlos Domínguez) en UNSAM, y el Seminario de Cuento fantástico dictado por Pablo De Santis en Casa de letras.

Participa del Taller de Corte y Corrección desde 2015.

Deja un comentario