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La Victoria de Marcelo

Para quienes formamos parte del Taller de Corte y Corrección, Marcelo di Marco es más que un coordinador de taller literario. Marcelo es un compinche, un padre, un amigo. La persona a la que querremos de nuestro lado si nos toca ir a la guerra (sobre todo si lleva su colección de cuchillos, je).
Marcelo publicó cuentos, poemas, ensayos… pero estaba faltando la novela.
Y, luego de años de preparación, por fin llegó a las librerías Victoria entre las sombras.
La presentación oficial se llevó a cabo el 26 de septiembre de 2011, a las 19:00, en la Sala C del Centro Cultural San Martín. Una sala con capacidad para doscientas personas, que pronto desbordó de alumnos, ex alumnos, colaboradores, editoras de Sudamericana —por la que Vels pudo ver la luz—… ¡Hasta compañeros del colegio secundario dijeron “presente”! Por supuesto, primero que todas, siempre, estuvieron su esposa Nomi Pendzik y las mellizas Marina y Florencia; amigos y alumnos de Marcelo también las sentimos como de nuestra familia.
En la puerta de la sala, Random House Mondadori había instalado un puesto con ejemplares de Vels y de otros libros de Marcelo publicados por la editorial: Taller de Corte & Corrección, Hacer el verso y los Atreverse. Además, el conocido fotógrafo Daniel Grad y un equipo de filmación fueron contratados especialmente para el evento.
Antes de empezar, un emocionado Marcelo confesó sentirse como George Bailey, el personaje de James Stewart en Qué bello es vivir, en el final de ese maravilloso film de Frank Capra. También aclaró el misterio relacionado con el invitado sorpresa que se sumaría a presentar el libro. No hubo invitado sorpresa, fue el público el que presentó el libro: durante una hora y media —que duró lo que un soplo—, el maestro contó la participación que tuvimos muchos de nosotros en su más reciente creación, desde la génesis del proyecto hasta la llegada a las librerías. Habló del primer argumento y el título original de la obra. Quienes llevamos años con Marcelo conocíamos el proceso, ya que tuvimos el privilegio de que nos leyera capítulos a medida que los iba escribiendo. Describió la evolución del material, el testeo entre adolescentes, amigos de las mellizas y muy inteligentes lectores—algunos de ellos presentes y disfrazados para la oportunidad—, el interés de Sudamericana, el intenso trabajo de edición… En suma, los presentadores fuimos nosotros, porque Marcelo fue homenajeando a todos los que tuvimos parte concreta en la cristalización de su proyecto.
Como cereza del postre, hubo sorteos: un boceto, de puño y letra de Marina di Marco, que se usó para el letrero que figura en la novela; una remera alusiva, un manuscrito original y dos navajas suizas: una Victorinox Spartan —de la colección personal de Marcelo— y una Victorinox SwissChamp donada por la tradicional firma Bowie SRL, que asimismo aportó un enorme banner ubicado junto a la mesa. Hablando de Victorinox, presidía el estrado una carta, que Marcelo había hecho enmarcar, firmada nada menos que por Carl Elsener y Paul Camenzind —respectivamente, el CEO de la empresa y el gerente del área Sudamérica—, en la que estos dos máximos dirigentes mostraban su agradecida complacencia por la aparición de la SwissChamp en Victoria entre las sombras.
Finalizada la celebración, y durante el brindis, todo el mundo se acercó a Marcelo para felicitarlo y pedirle que les dedicara ejemplares.
Un placer contemplar tantos besos, abrazos, sonrisas.
Un placer formar parte de un nuevo logro profesional del maestro Di Marco.

(Fotos: Daniel Grad.)

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