por Gustavo Durant *
A varios escritores famosos se les podría aplicar la descripción que da título a esta nota, pero a ninguno le cae mejor que al gran Jack London. Desde su juventud fue amante de las aventuras sin importar los riesgos, al mismo tiempo que, disciplinado y metódico, escribía un mínimo de seis horas diarias, aunque fuera en medio de una tormenta en el mar. Para conocerlo más en detalle, presentamos un breve resumen de vida y obra de este notable literato.
Vida y carrera literaria
Nació el 12 de enero de 1876, en San Francisco (Estados Unidos). Falleció el 22 de noviembre de 1916, a los 40 años. A pesar de su corta vida, publicó más de cincuenta libros, que le generaron importantes ingresos. Hombre de extremos, buceador incansable de los fondos del alma, trasladó esas inclinaciones a su obra, que sería llevada al cine en muchas ocasiones.
Se inició como escritor a los diecisiete años al presentarse en un concurso periodístico donde consiguió el primer premio con la descripción de un tifón, una experiencia vivida durante su labor de marinero. Esencialmente, fue un autodidacta, se educó en la biblioteca pública de su ciudad natal. En 1896 comenzó a estudiar en la Universidad de California, pero los problemas financieros de ese entonces lo obligaron a abandonar en 1897.
Hasta que pudo vivir de la literatura, realizó sufridas y variadas tareas: trabajó en un molino de yute, en una central eléctrica del ferrocarril y en una fábrica de productos enlatados; se embarcó a Japón como marinero; fue vagabundo (debido a lo cual pasó treinta días en una penitenciaría); se dedicó a la pesca de ostras; formó parte de la Patrulla Pesquera de California…
Pero ninguna actividad fue más arriesgada que el viaje emprendido en 1897 hacia Alaska, atraído por la fiebre del oro, hecho que marcaría sus textos, ya que en ese lugar ambientaría algunas de sus historias más significativas. La experiencia resultó perjudicial para su salud y —al igual que muchos otros que trabajaban mal alimentados en los yacimientos de oro— desarrolló escorbuto. Esta diaria lucha contra la muerte inspiró la que a menudo es catalogada como su mejor cuento: “To Build a Fire” («Encender una hoguera»). Si bien London sobrevivió a esas duras condiciones, regresó a su ciudad en 1899 enfermo y fracasado, de modo que durante la convalecencia decidió dedicar su tiempo a formarse intelectual y literariamente a través de heterodoxas lecturas (Kipling, Spencer, Darwin, Stevenson, Malthus, Marx, Poe, y, sobre todo, la filosofía de Nietzsche).
La fama le llegó en 1900, a los 24 años, cuando publicó una colección de relatos titulada El hijo del lobo, que le proporcionó un gran éxito popular y la seguridad económica. A partir de la publicación de La llamada de la selva (conocida también como La llamada de lo salvaje,1903) y El lobo del mar (1904), se convirtió en uno de los autores más vendidos y famosos de Estados Unidos. Fue pionero en publicar en las entonces florecientes revistas de ficción, con lo cual obtuvo celebridad mundial en la época.
Sus relatos breves se consideran obras maestras del cuento moderno, e impusieron un estilo en una época en la que el género, habiendo nacido de Edgar Poe, se estaba consolidando. En sus narraciones, los personajes siempre están al borde de las posibilidades, a puntos de ser vencidos por el frío, los animales u otros hombres. Y es por eso que cuesta dejar por la mitad un texto de London, ya que a las pocas líneas el lector quiere saber qué le depara el destino a esos pobres seres que, en el imposible caso de poder elegir, preferirían no ser protagonistas de estas atrapantes historias.
Su productividad decayó en los últimos años de su vida, a causa del alcohol y de múltiples problemas de salud. Quienes lo estudiaron dicen que ni la fama y ni la riqueza calmaron el desencanto permanente de su espíritu.
Vida familiar
Jack London contrajo matrimonio con Bess Maddern el 17 de abril de 1900, el mismo día que The Son of the Wolf fue publicado. Ambos reconocieron en público que no se casaban por amor, pero sí por amistad y por la creencia de que concebirían hijos fuertes. Fueron padres de Joan y Bessie London.
Se separó en 1904, y volvió a casarse en 1905, esta vez con Charmian Kittredge, con quien estuvo hasta su fallecimiento.
Militancia política
Jack London se hizo socialista en 1896. Tal como detalla en su ensayo «Cómo me convertí en socialista», su filiación comenzó cuando abrió sus ojos a los miembros más bajos del foso social. Dio charlas acerca de socialismo en lugares públicos aun cuando era un desconocido —actividad por la cual fue arrestado en 1897.
Inspirado en Friedrich Nietzsche, decía que el individuo debía alzarse frente a las masas y las adversidades. La contradicción individualidad-colectividad está presente en su obra. Sostenía que el ser humano no es bueno por naturaleza. Ya famoso, London hizo una gira por el país conferenciando sobre socialismo en el año 1906 y publicó colecciones de ensayos sobre el tema (La guerra de las clases, 1905; Revolución y otros ensayos, 1910).
En otra de las tantas facetas que abordó, se candidateó como alcalde de Oakland (ciudad cercana a San Francisco) en 1901 y en 1905, pero sin alcanzar su objetivo.
En 1916, poco antes de su muerte, renunció al Partido Socialista, declarando categóricamente que lo hacía “debido a su carencia de fuego y lucha, y la pérdida de énfasis en la lucha de clases”. Sus biógrafos afirman que ya desde 1911 “London estaba más aburrido de la lucha de clases que lo que quería admitir”, y que “le gustaba mostrarse como un intelectual de la clase trabajadora cuando era apropiado a sus propósitos”. En suma, también en eso fue pionero: practicaba un deporte que sería muy popular en años siguientes.
Circunstancias de su muerte
Existe bastante controversia sobre el tema. Muchas fuentes antiguas lo describen como un suicidio, y algunas todavía lo hacen. Sin embargo, su certificado de muerte establecía la causa en una uremia. Se sabe que sufría un dolor extremo y que le suministraban morfina, por lo que es posible que una sobredosis de esa droga, accidental o deliberada, pudo contribuir.
Los periódicos europeos dedicaron más espacio a la noticia de su muerte que a la del emperador Francisco José de Austria, fallecido el día anterior.
Títulos recomendados
Dentro de las subjetividades que puede haber al apreciar un hecho artístico, les detallo lo que considero lo mejor de su producción:
Cuentos:
– “Encender un fuego” (To build a fire) – 1908.
– “Amor a la vida” (Love of live) – 1905.
– “El burlado” (Lost face) – 1910.
– “Un pedazo de carne” o “Un buen bistec” o “Por un bistec” (A piece of steak) – 1909.
– “Diablo” (Batard) – 1902.
– “La fuerza de los fuertes” (The Strengh of the strong) – 1914.
Novelas o novelas cortas:
– Colmillo Blanco (White fang) – 1906.
– El llamado de la selva (The call of the wind) – 1903.
– La peste escarlata (The scarlet plague) – 1912.
– La huelga general (The dream of Debs) – 1909.
Se acepta enriquecer la lista (siempre hay omisiones imperdonables). Para quien no leyó nada de JL, le recomiendo buscar estos títulos en internet.
Frases famosas de Jack London
– Tirarle el hueso al perro no es caridad. Caridad es compartir el hueso con el perro cuando se está tan hambriento como él.
– La función del ser humano es vivir, no existir. No voy a gastar mis días tratando de prolongarlos, voy a aprovechar mi tiempo.
– No vivo de lo que el mundo piensa de mí, sino de lo que yo pienso de mí mismo.
– No se puede esperar a la inspiración, hay que ir a buscarla.
– La vida no siempre es una cuestión de tener buenas cartas sino, a veces, de jugar bien una mala mano.
* Gustavo Durant (Rosario, 1969) publicó en 2013, por elaleph.com, su primer libro de cuentos llamado Fieles al instinto, y concurre desde hace cinco años al Taller de Corte y Corrección de Marcelo di Marco. Está trabajando en nuevos relatos con vistas a la publicación de un segundo libro, para lo cual le roba tiempo a su profesión de contador público.