Por Susana Lires * Me contaron que uno de esos días en que Concepción Cela Lorenzo, mi abuela materna, fue a entregar los mamelucos que cosía para Coppa y Chego, pasó por un bazar de la capital, y la vio en la vidriera: esa pava grande, fuerte, con personalidad. Coño, tendría que ahorrar. […]