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Obsesión homicida por el poder sin reglas

por Germán Masserdotti*

 

La Compañía Teatro Argentino de Cámara – Teatro El Convento nos brindó durante 2013 (y lo seguirá haciendo hasta abril del 2014) Ricardo III de William Shakespeare  —la última de las cuatro piezas de teatro[1] sobre la historia de Inglaterra—, que nos remite al reinado de Ricardo III de York (1452-1485). El dramaturgo se inspira en la segunda edición de las Chronicles de Raphael Holinshed para elaborar el argumento de su obra.

El pasado 28 de septiembre asistí a una de las funciones que ofrece a las 21 horas todos los sábados. Martín Barreiro dirige y adapta con inteligencia el texto de Shakespeare e incorpora novedades a la puesta en escena que resultan fieles al espíritu del autor. El elenco de la compañía lo componen el mismo Martín (Ricardo/Buckingham); Bruno Chmelik (Ricardo/Clarence); Fernando Blanes (Ricardo/Hasting); Mimi Ferraro (Margarita/Soldado/Espectro); Lilia Cruz (Isabel/La Patria); Graciela Rovero (Ana/Asesino/Soldado/Espectro) y Gabriela Caponetto (Duquesa/Soldado/Espectro).

En un ámbito “de cámara”, apreciamos el despliegue de la psicología esquizoide y camaleónica de Ricardo, obsesionado con el poder hasta convertirse en homicida. A propósito, el director desdobla el personaje de Ricardo mediante el recurso de la triple interpretación sucesiva, que remata al final de la obra con la simultaneidad de los actores en escena.

La fealdad del rey jorobado y deforme no es más que el efecto del desorden moral de un alma perversa e inescrupulosa. Los tres Ricardos que contemplamos en escena se asocian armoniosamente para revelar todavía mejor la disolución del alma atormentada del rey.

Merece destacarse la banda musical en vivo a cargo de Gustavo Lospennato. El clímax que logra comunicar en los espectadores se complementa maravillosamente con la tragedia representada en el escenario.Ricardo-III-de-William-Shakespeare-temporada-2013-Teatro-El-Convento

El director de la obra también se esmeró en proporcionar a la puesta una excelente escenografía que nos ubica enseguida en el mundo medieval. A su vez, el vestuario está muy cuidado.

Esta versión de la obra nos demuestra que no se requiere contar con abundancia de recursos para lograr una representación digna y que haga honor a la genialidad de su autor.

Mis felicitaciones para cada uno de los miembros de la Compañía. Desde 1996 hasta la fecha, ellos nos brindan auténticas realizaciones culturales. Como dice Martín Barreiro:

“…nunca quisimos sobrevivir; destino que parecería ser inevitable en un país sudamericano, sino que elegimos perdurar como una compañía de teatro estable. Para lograr esa meta no nos bastó con tener las paredes de un teatro, ni siquiera alcanzó con la hospitalidad que los frailes mercedarios nos brindaron y nos brindan con tanta generosidad, tampoco fueron suficientes los viajes al exterior ni el reconocimiento que a nuestra labor hicieron los jurados de los premios más importantes que se otorgan en Argentina a nuestra profesión; fue necesario el compromiso de los hombres y mujeres que componen el Teatro Argentino de Cámara – Teatro El Convento.
Y de eso se trata nuestra compañía, de compromiso”.

Para conocer mejor la Compañía, remitimos a su sitio web http://www.teatroelconvento.com.ar/index.php, en el cual podremos leer directamente la trayectoria y propuesta artística que ella lleva a cabo a través de las obras que con esfuerzo, pero enorme placer, ofrece cada año.

 

Funciones: Sábados a las 21:00
Teatro El Convento
Reconquista 269, CABA


[1] Las primeras tres están dedicadas a Enrique VI (1422-1461).

 

 

Foto personal*Germán es profesor universitario de Filosofía. Licenciado en Filosofía y Magister en Estudios Humanísticos y Sociales (Universitat Abat Oliba CEU, Barcelona). Traductor en colaboración de obras de Santo Tomás de Aquino. En el ámbito literario, cultiva el género del cuento. Amante del cine y de la música.
Es miembro del TCyC.
En FIN ya hemos publicado su crítica Amores burgueses y súplicas de redención.

 

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