Al filo de la profecía
Laura E. Peretti
“Aquel que duerme en tu aposento te quitará el trono con un ejército de cinco mil hombres”, profetizó el oráculo.
“El secreto de la fortaleza está en tu cabellera. En el hombre, en su mentón barbado. ¡Rasúralo mientras duerme!”, habló la pitonisa.
Nomi celebró que su ADN guardara la memoria de sus antepasados.
Tomó el Cold Steel Kukri y volvió a su recámara. Miró al guerrero dormir en el hueco que ella había dejado en el almohadón. Con las uñas acarició las hebras del rudo rostro y recortó con el machete sus propios rizos, que cayeron al lado del hombre.
El ángel
Silvia Marta Villa
¡Ella sonríe y la luz se le escapa de los labios! Apoya su mano derecha sobre el pecho, donde el corazón late con fuerza, y un objeto oscuro, rígido y curvilíneo se enarbola en su siniestra.
Lo muestra con orgullo, invitando a todo el que lo quiera mirar. Solo hay que saber observar con ojos chispeantes y ¡el misterio se develará!
Ella se sonroja. En un descuido, imprudentemente, una pluma de su ala se asomó. Pero no importa: la gente no suele reparar en los ángeles. La mayoría solo verá a una mujer con un machete en su mano.
Al filo de la imagen
Octavio Fernández Solano
Marcelo sujetaba la foto de su esposa, revelada hacía unas horas: Nomi agarraba con ambas manos el Kukri que él le había regalado, extendiendo la punta hacia adelante.
—Miren, a esta la voy a enmarcar —les dijo a sus alumnos, pasándosela a uno y haciendo que recorriera rápidamente la ronda, mientras oía exclamaciones de aprobación… ¿y quejidos?
Cuando se la devolvieron, estaba cubierta de sangre. Cada uno de sus alumnos se chupaba un dedo.
Sembradora de aprendices
Susana Luisa Anahi Vidal
Muy pocos saben que, cuando no se la ve, Nomi empuña su Cold Steel Kukri Machete, y comienza un nuevo huerto en cada plaza. ¿Por qué creen que desde hace unos veranos los purretes andan con sandías en las manos y suaves moras entre los dientes? Ella se cuelga a su amigo acerado en la espalda (porque jamás lo deja solo) y, entre tareas y correcciones, planea su próxima cruzada. La esperan muchas plazas por carpir la tierra, remover yuyitos y sembrar ricas sandías, jugosas moras y alguna que otra compañera del poeta solitario.