Por Gustavo Bussot * Yo tenía el celular en silencio, por eso no lo había oído sonar. Cuando vi la pantalla encontré cinco llamadas perdidas, y todas del trabajo. Marqué el numero, y atendió Eliseo, uno de los dueños de la funeraria. Me pidió que fuera cuanto antes. Dejé el almuerzo por la mitad, […]