Por Laura Etcheverry *
Monte Olivia
I
Como un castillo triangular de piedra y nieve,
perfecto.
Con sus torres y murallas inalcanzables,
perfectas.
Alzándose en las explanadas
grises y escarpadas
del sur del sur,
llenó mis ojos.
Limpios y nuevos,
mis ojos.
Niños, luminosos,
asombrados y asombrosos,
mis ojos.
Después de miles de kilómetros de nada
—y de todo—
por rutas de ripio,
desde un auto usado que había resistido
hasta el fin del mundo
el viento y los áridos caminos.
Ahí,
tras un recodo
de la tierra del fuego,
lo vimos.
Mi padre al volante,
mi madre a su derecha,
mis manos colgadas de sus asientos
para sumar mis ojos a los de ellos.
Y mi voz
a las de ellos
y mi risa
a las de ellos
y mi asombro
a los de ellos.
Limpio y nuevo,
mi asombro.
Niño, luminoso,
asombrado y asombroso,
mi asombro.
II
Así lo vi,
en un primer plano repentino.
En blanco y negro,
la montaña,
desaforada.
Una inconcebible melodía de trazos,
carbonilla de Dios a mano alzada.
Era de otro mundo.
Sólo nieve y piedra, piedra y nieve,
hilos blancos que esculpidos recorrían
las grietas de los barrancos,
—abruptos, salvajes barrancos,
que vistos a la inversa,
desde la base a la cima,
elevan, encumbran, subliman.
III
Lo que me une
al Olivia de mi infancia
no es haberlo conocido a mis siete años.
Lo que me une a él
es conservar
esa imagen colosal
que se reitera
invariable
en mi memoria,
y que no es la verdadera.
Años más tarde,
seguía y sigue
intacto
en su belleza.
Ya no tan limpio y nuevo
mi asombro.
Ya no tan niño, luminoso,
asombrado y asombroso,
mi asombro.
El abrazo
Cuando llueve
me aferro a él,
al rosario que me dio papá
cuando volví a verlo,
seis meses después
de su partida forzada
a un lugar extraño,
seis meses después
de su desarraigo.
Se lo compró a un artesano callejero
entre acequias y montañas.
Tienen más de dos décadas sus cuentas encorvadas
de cuero trenzado,
que aquel día eran blancas.
Con varias puntadas en algunos misterios
—lo llevé en mi pecho por muchísimos años—,
tiene la misma luz
que cuando me lo dio:
la de su abrazo.
Es la fe de mi padre entrelazada.
Es su fe sobreviviente,
triunfante,
remendada.
Hoy, que él ya no está,
ni en esta casa
ni en otras de calles cordilleranas,
este rosario lo contiene,
este rosario lo abarca.
Cuando llueve
me aferro a él,
y pienso que la lluvia
—borgiana cosa que sin duda “sucede en el pasado”—
es la misma lluvia de mi infancia y de la suya,
y ahora suena mansa,
igual
igual
igual,
batiendo esa doble niñez
en sus campanas de agua.
Y escucho
escucho
con el tímpano del alma
sedienta y lastimada.
Y alterno el conteo de las gotas
y de las cuentas ajadas.
Y vuelve el abrazo de mi padre,
entre acequias y montañas.
* Nació el 19 de febrero de 1970 en El Triunfo (partido de Lincoln, provincia de Buenos Aires, Argentina). Es profesora de Castellano, Literatura y Latín, y se ha desempeñado durante toda su vida laboral como docente en el nivel terciario. También cursó la Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de La Plata.
Es autora del libro biográfico Alberto Cortez. La vida (España, 2008, Fundación Autor y Sociedad General de Autores y Editores), reeditado por la Editorial Edino de Ecuador, y en vías de una tercera edición. El libro fue presentado en compañía del cantautor en México, Madrid y Buenos Aires.
Colabora con notas firmadas en las revistas Sólo Líderes (Rosario, Argentina), El Mundo de Sophia (Palma de Mallorca, España), y Telémaco (Lincoln, Argentina). Varios de sus textos fueron seleccionados para integrar antologías.
Coordinó el taller literario para niños en la Biblioteca Popular “Fortín de la Cultura” de El Triunfo, y fue jurado en concursos literarios de la Biblioteca “Domingo Faustino Sarmiento”, de la ciudad de Lincoln.
Concurrió a diversos talleres literarios, y desde 2018, en forma ininterrumpida, asiste al Taller de Corte y Corrección, aprendiendo de su fundador Marcelo di Marco y del equipo pedagógico que lo acompaña.
Actualmente prepara dos obras de literatura infantil, en coautoría con la Lic. Marina di Marco de Grossi, más una novela de no ficción y un poemario, entre otros proyectos encauzados en los distintos talleres de la comunidad del TCyC.