por Marina di Marco *
¿Dónde está mi caballito
de madera de naranjo,
el que se me escapa cuando
yo miro para otro lado?
Su flequillo es tierna estopa
(porque, si fuera de paja,
podría sacarme un ojo:
lo dijo un nene en la plaza).
Sus ojos son de botones
(así me puede mirar:
“si fueran de vidrio, no”,
insiste siempre mamá).
Sus pies son la mecedora
que me había hecho mi abuelo
(si fuera otra, no andaría:
me lo avisó el carpintero).
Además, tiene dos alas
que un ángel le dio hace tiempo.
(“Si fueran de tela oscura
no volarían”, dijo el viento.)
¿Dónde está mi caballito?
¿Saben qué? Lleva en su lomo,
tiritando entre dos tapas,
a Gepetto y a Pinocho.
¡Mi caballo me llevaba
hasta la escuela y más lejos,
volando, mientras Pinocho
perdía en el mar a Gepetto!
Mi caballo (¿no lo vieron
volando sobre sus casas?)
trota y trota, vuela y vuela,
por el cielo o la montaña.
Si ustedes lo ven, avisen.
¡No saben cuánto lo extraño!
Y también extraño al libro:
no lo había terminado.
Si ustedes lo ven, avisen.
Tendrán una recompensa.
Verán qué lindo lo que arman
jugando con estas piezas:
les daré estopa y botones
y madera de naranjo
y la otra mecedora
que mi abuelito me trajo.
Rezaré al ángel, de noche,
para que baje y les lleve
las alas. Y haré dibujos
de caballos que planeen
para ilustrar el poema
que ahora mismo termino,
y dejarles, hecho libro,
“Dónde está mi caballito”.
* Marina di Marco escribe desde muy chica, y concurrió al Taller de Corte & Corrección de su padre, Marcelo di Marco, entre los once y los quince años. Cursó la Licenciatura en Letras en la Pontificia Universidad Católica Argentina, y presentó ponencias sobre el género de la canción de cuna —tema de investigación al que está dedicando su tesis de licenciatura— en varios congresos. Su cuento “Mateo” fue publicado en el suplemento cultural del diario Perfil en junio de 2011. Actualmente, se encuentra realizando la Especialización en Literatura Infantil y Juvenil en la Universidad Nacional de San Martín.