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16 obras audiovisuales para ver después de Star Wars: Los últimos Jedi (Primera parte)

Por Octavio Fernández *

 
 

Finalmente se estrenó Star Wars: Los últimos Jedi, una de las películas más esperadas de 2017. Ahora que muchos de nosotros ya la vimos, nos quedamos con hambre de más. ¿Y qué mejor forma de saciarnos que viendo otras obras audiovisuales relacionadas con el universo de George Lucas? Es por eso que hoy les propongo dieciséis títulos que no deben dejar de ver. Les aseguro a los warsies algo que seguramente no ignoran: en estas películas, series y documentales van a encontrar todo lo que les gusta de la legendaria saga galáctica.

Antes de seguir, dejo un aviso de spoilers para los que no vieron la trilogía original ni El despertar de la Fuerza (2015). Al decir “trilogía”, hablo de los episodios que serían clasificados como IV, V y VI ―respectivamente La guerra de las galaxias (1977), El Imperio contraataca (1980) y El retorno del Jedi (1983), las primeras películas que se estrenaron hace cuatro décadas―. Pero no me sorprendería que, aun sin que hayan visto esas películas, sepan cuáles son sus más importantes revelaciones. Yo crecí viendo las precuelas, y ya antes de haber visto las originales sabía todo lo que debe saberse sobre ellas: la cultura popular manda. En suma, gracias a esa fábrica de spoilers que es internet, hoy todo el mundo ha visto estas pelis sin haberlas visto ―nadie ignora, por ejemplo, quién es el auténtico padre de Luke―. Pero tampoco quiero arruinarle la experiencia al lego, así que están advertidos. Por otra parte, no deben preocuparse por los spoilers de Los últimos Jedi, ya que esta nota viene escribiéndose desde antes que se estrenara la película. Además, lo prometo: todo lo que mencione sobre esta nueva entrega no serán más que especulaciones basadas en lo que sabemos por los contenidos promocionales y por El despertar de la Fuerza.

Ya tranquilizados, prepárense para entrar al hiperespacio, que el viaje es vertiginoso. Afortunadamente, la galaxia es enorme, y eso nos da tiempo de sobra para disfrutar del recorrido.

Allá vamos.

 

Pistoleros, forajidos

 Hace mucho tiempo, en el salvaje y viejo oeste…

 

Quien crea que SW y el western no tienen nada en común se equivoca. En realidad, SW tiene mucho en común con varios géneros y tipos de películas, seriales, cómics y libros. Las fuentes de inspiración que llevaron a Lucas a idear esta saga son incontables. Star Wars atrae y gusta a mucha gente precisamente por eso, por ser un gran collage de géneros, servido en el formato de una obra de ciencia ficción y fantasía.

Entre los elementos que incorpora SW, los del western tienen una fuerte presencia. Por eso conviene echarles un ojo a estas películas:

 

Más corazón que odio (The Searchers), John Ford, 1956

Una de las obras más inspiradoras en la historia del cine. Sin ella no hubieran existido otras grandes películas ―Érase una vez en el oeste (Sergio Leone, 1968) y Lawrence de Arabia (David Lean, 1962), por ejemplo―, y además influyó en las creaciones de los visionarios Steven Spielberg y ―por supuesto― George Lucas.

La historia la protagoniza Ethan Edwards (John Wayne), un soldado que, tras volver a su casa después de la guerra, lo pierde todo: pronto una banda de comanches masacrará a su familia y secuestrará a su sobrina Debbie (Natalie Wood).

Además de mítico, el tema del rescate de la princesa de las garras del dragón es eterno, y desde esta perspectiva los puntos de comparación con Star Wars son muy notables: los paisajes áridos de Tatooine, el planeta natal de Luke (Mark Hamill), nos recuerdan a los de Más corazón…; las tragedias familiares que sufren Ethan y Luke a manos de los antagonistas son similares, y a los dos los desvela la misma misión: el curtido vaquero deberá rescatar a Debbie, y el joven Jedi a Leia (Carrie Fisher).

 

El bueno, el malo y el feo (Il buono, il brutto, il cattivo), Sergio Leone, 1966

Acaso el más importante spaghetti western de la historia. Con la Guerra Civil estadounidense como escenario, nos cuenta la búsqueda de tres cazarrecompensas que van detrás de un cofre desbordante de oro.

Diez años después, Star Wars estaría cruzada de cazarrecompensas y bandidos. En una obra de fantasía en la que el foco principal es la lucha del bien contra el mal, tenemos héroes grises como Han Solo (Harrison Ford), personaje que combina al mítico Blondie (Clint Eastwood) y al roñoso Tuco (Eli Wallach): audaz, fuerte y preciso con un arma como el primero, resulta también un sabandija querible y que siempre se sale con la suya, como el segundo. Además, Han es un vaquero intergaláctico: no hace falta más que ver cómo va vestido y cómo porta su bláster.

Más allá de estas comparaciones, se puede decir que Star Wars es un spaghetti western del espacio.

 

 

 

Django, Sergio Corbucci, 1966

Antes que nada, relean las negritas de más arriba, y así sabrán que no me referiré en esta nota al gran filme de Quentin Tarantino. La historia de la de Corbucci es sencilla: Django (Franco Nero) es un pistolero, ex soldado de la Unión durante la Guerra Civil, que carga consigo un ataúd ―que no está vacío―. Con ataúd y todo, el antihéroe recala en un pueblo donde se viene desatando una guerra entre una banda de criminales mejicanos y un grupo de veteranos de la Confederación. Pero Django no llega por accidente a este pueblo: tiene cuentas que saldar con los responsables de la muerte de un ser querido.

Aunque no creo que los guionistas de la nueva trilogía hayan tomado elementos de esta película ―al menos conscientemente―, hay muchas similitudes interesantes entre Django y lo que más o menos sabemos de Luke antes de haber visto Los últimos Jedi:

 

  1. Los dos participaron en una guerra en la que ganó su bando: la Unión en Django, y los Rebeldes en SW.

 

  1. Django carga con la muerte de su amada, así como Luke carga con la responsabilidad de la muerte de sus aprendices. En otras palabras, los dos tienen cicatrices del pasado que los llevan por caminos oscuros: el de Django, el camino de la venganza, y el de Luke, el del autoexilio.

 

  1. Sus antiguos enemigos de guerra aún sobreviven: los ex soldados de la Confederación, en Django, y los restos del Imperio bajo el nombre de la Primera Orden, en El despertar de la Fuerza. En las dos películas, estos antagonistas se muestran como fanáticos religiosos y extremistas, que todavía luchan por sus antiguas supersticiones.

 

  1. Luke y Django se ven implicados en una nueva guerra: los ex soldados de la Confederación y los bandidos mejicanos por un lado, y la Resistencia y la Primera Orden por el otro. La gran diferencia está en que Django se implica por su cuenta y riesgo, mientras que Luke prefiere ocultarse y desentenderse de estas bélicas cuestiones.

Ya les acabo de dar razones suficientes para ver Django, pero antes quiero agregar que esta peli tiene uno de los mejores planos finales que vi en mi vida. No se la pierdan.

 

 

Tres series y un poco de metanfetamina

No sólo de películas vive el espectador. De vez en cuando nuestro paladar necesita alguna serie para saborear durante un maratón de domingo a la tarde. Por eso les propongo el siguiente menú. Estas delicias no fueron precursoras de SW ―no pueden serlo, obviamente, por una cuestión cronológica―, pero sí tienen gusto a SW, y cada una a su manera.

 

Firefly, Joss Whedon, 2002

Si tanto hablar de vaqueros y guerras civiles les dejó manija, pero ya necesitan un poco más de ciencia ficción, entonces Firefly es la serie que están buscando. Creada por Joss Whedon, esta historia en catorce episodios cuenta las aventuras de la tripulación de Serenity, una nave espacial de clase Firefly (Luciérnaga).

Whedon creó la serie con el explícito deseo de combinar a Han Solo y la Guerra Civil Estadounidense en un escenario galáctico donde no habría ni buenos ni malos, ni razas alienígenas ni caballeros Jedi. Así fue como nació Malcolm Reynolds (Nathan Fillion), el capitán de la nave Serenity.

Durante la Guerra de la Unificación, Malcolm fue general de los Casacas Marrones en la batalla del valle de Serenity, y le tocó enfrentarse a la Alianza, conformada por China y Estados Unidos. Pero los Casacas Marrones pierden la guerra, y junto con eso también se pierde la fe cristiana de Malcolm y su deseo de actuar por el bien. Ese es el punto de partida que establece la serie, para traernos al presente: el héroe deviene antihéroe, y la tripulación de Serenity se gana la vida como cazarrecompensas. Y encima haciendo trabajos sucios que los llevan a Malcolm y a sus chicos a enfrentarse con cuestiones morales, y así aparecen viejos y nuevos enemigos, y además esas cuestiones los hacen enfrentarse entre ellos mismos.

La serie es excelente por su sentido del humor, su gran manejo del drama y del suspenso, y por su interesante visión del mundo. Pero los que más brillan ―vaya en las cursivas un guiño a quienes ya hayan disfrutado esta serie― son los personajes: desde el genial Malcolm Reynolds hasta el carismático piloto Washburn, y desde el misterioso reverendo Brook hasta River Tam, una adolescente buscada por la Alianza, y que al parecer posee poderes psíquicos. Pero hay más personajes, y ustedes los llegarán a querer tanto que se van a quedar con ganas de más.

Lastimosamente, la serie fue cancelada al finalizar su primera temporada, pero al menos cerraron la historia con una película (Serenity, Joss Whedon, 2005).

 

The Expanse, Mark Fergus y Hawk Ostby, 2015 – todavía en emisión

Si lo que están buscando es ciencia ficción pura y dura, entonces lo que necesitan es meterse con esta serie. Basada en la saga literaria homónima escrita por James S. A. Corey ―seudónimo en común de los coautores Daniel Abraham y Ty Franck―, esta serie la viene rompiendo desde 2015, con dos temporadas hasta el momento. No voy a entrar en muchos detalles narrativos, pero sí les diré que varios personajes provenientes de distintos planetas se verán envueltos en una intriga política y en conspiraciones entre organizaciones secretas y el gobierno de la Tierra, el de Marte y el del Cinturón de Asteroides. En el correr de sus aventuras, descubren que una fuerza externa amenaza la frágil relación entre Marte y la Tierra, e indirectamente ocasiona el quiebre que llevará a los dos planetas a una guerra sin cuartel.

Esta serie es a la ciencia ficción lo que Game of Thrones es a la fantasía: personajes con distintos tonos de grises, totalmente humanos, tratando de hacer lo que creen que es lo mejor ―o, como mínimo, lo más conveniente―, con la esperanza de evitar una guerra o de no morir en ella. En otras palabras: es lo más realista, oscura y adulta que puede llegar a ser.

Como decíamos al principio, los fans de Star Wars a quienes les interese explorar una obra de ciencia ficción con bases científicas más reales, pueden buscar por acá. Eso sí: después de esta serie, los viajes en el espacio y los planetas habitables de la galaxia muy lejana van a empezar a parecer más fantasía que ciencia ficción.

 

Star Wars: The Expanse Dave Filoni, 2008 – 2015

Así es, la serie animada a computadora: The Clone Wars. Y no confundir con la microserie animada a mano Clone Wars (Genndy Tartakovsky, 2003), aunque esa también es buena y vale la pena verla.

Déjenme decirles que esta serie para ‘‘chicos’’ es totalmente genial, y que no perderán nada echándole un ojo. A simple vista puede no llamar la atención y hasta ahuyentar al espectador por ser una serie de animación, o por transcurrir durante el periodo de las infames precuelas. Pero les aseguro que nada de eso impide que esta serie contenga algunas de las más grandes historias que toman lugar en el universo de Star Wars.

La serie transcurre entre episodio II y III, como una especie de antología de historias que suceden durante las Guerras Clónicas. Algunas historias se narran en un solo episodio —que generalmente duran 22 minutos—, y otras ocupan un arco argumental de dos a cuatro episodios. Esto incentiva al espectador a que mire la serie en el orden que quiera, eligiendo los arcos argumentales que más les interese. Habiendo yo visto todos los capítulos, les puedo asegurar que hay varios que se pueden saltar, pero otros que son imperdibles. En internet hay una infinidad de listas de qué capítulos son los mejores, y en qué orden verlos. No las comparto yo acá, porque la serie cuenta con 121 capítulos, y no quiero extender la nota.

Ahora, en cuanto a los dos aparentes problemas —que sea para chicos y que sea parte de las precuelas—, tengo esto para decir: todo eso está solucionado.

Ni siquiera hay que preocuparse por lo primero, porque esta serie no le toma el pelo a su audiencia. Por algo estamos hablando de La guerra de las Galaxias, por algo la serie se titula The Clone Wars (Guerras Clónicas). En las guerras hay muertes. Y esta serie no tiene miedo en mostrarlo explícitamente: vemos personajes que mueren por explosiones, por disparos, siendo estrangulados con la Fuerza, o atravesados por una espada láser. Cuando tiene que ser graciosa, es graciosa. Cuando tiene que ser emotiva, es emotiva. Y cuando tiene que ser oscura, es sorprendentemente oscura.

En cuanto a lo segundo: rápidamente uno se olvida de los errores de las precuelas. ¿Y por qué? Porque acá los personajes sí son entrañables, sí están bien desarrollados. Tanto los personajes que ya conocemos como los que se introducen en la serie, desde los buenos a los malos, todos tiene sus momentos para lucir. También tenemos la oportunidad de conocer mejor a los clones y encariñarnos con ellos, a través de personajes como Wolffe, Rex, Cincos y Eco. Pero más que nada sorprende cómo reivindicaron al futuro Darth Vader: Anakin Skywalker. Tiene las características que debería haber tenido el Anakin de las películas. Es diferente, sí, pero no se siente fuera de lugar, fuera de personaje. Además, su conflicto interno con el Lado Oscuro es mucho más creíble y está tan bien plasmado, que uno no duda en ningún momento de que ese es el futuro lord Sith que llegará a gobernar la galaxia.

¿Qué más puedo decir de esta serie? Que tiene de todo: piratas espaciales, intriga política, espionaje, grandes peleas de espada, un clan de brujas, zombis, cazarrecompensas, traición, e incluso viajes de exploración personal a través de la Fuerza.

Ah, y hasta un capítulo dedicado a Akira Kurosawa, el cual es una obvia referencia al filme Los siete samuráis, del que ya hablaremos en la segunda parte de esta nota.

 

Material bonus: Breaking Bad, Vince Gilligan, 2008 – 2013

Tengo dos cosas para aclarar.

La primera: la inclusión de este bonus hace que el título de la nota debiera ser 17 obras audiovisuales… Pero el caso es que no la cuento, porque no estoy recomendando ver la serie. Bah: sí la recomiendo. Siempre la recomiendo. Aunque en esta ocasión, no exactamente.

La segunda: ya sé lo que están pensando. ¿Qué tiene que ver Breaking Bad con Star Wars? La respuesta es: tres episodios en particular. No por su contenido o su historia, sino por su director: Rian Johnson, el responsable detrás de Star Wars: Los últimos Jedi. Si bien es difícil pensar en un capítulo de BrBa que no sea inmemorable, estos tres capítulos son realmente inmemorables: me refiero a “Mosca, de la tercera temporada, y a “51yOzymandias, de la quinta temporada. “Ozymandias, de los tres, es para mí el mejor.

A los que ya se vieron todo Breaking Bad, les recomiendo que vuelvan a echar un vistazo a estos tres capítulos, si es que disfrutaron de la cinematografía de Johnson.

Y básicamente por eso es que esta recomendación sólo llega a bonus.

 

(continuará)

 

* Octavio Fernández nació el 11 de septiembre de 1995, en Corrientes Capital, Argentina. En 2005 se mudó con su familia a Ciudad del Este, Paraguay.

A finales de 2011, a los dieciséis años, se inició con la lectura, y descubrió que quería ser escritor. En 2013 volvió a Corrientes, y en 2015 se mudó finalmente a la Ciudad de Buenos Aires, donde comenzó a estudiar cine en el Cievyc; en marzo de ese mismo año, pasó a formar parte del Taller de Corte y Corrección.

 

 

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